ATENCIÓN

Como supongo que alguno habra notado, el blog ha estado desconectado un par de meses. El motivo todavia lo desconocemos pero desde google han tenido bloqueadas las cuentas de acceso al blog y el propio espacio hasta hoy mismo. Después de varias quejas y conversaciones con el servicio técnico de google parece que todo vuelve a funcionar.
Muchas gracias a los seguidores y a todos los que con vuestros comentarios y difusión haceis posible esta iniciativa.
Un saludo compañeros.

El poder Amarillo

EL PODER AMARILLO


La irreverente concentración dogmática, acaudillada por “nuestra” purpúrea y patricia clase eclesiástica, el pasado día 30 de diciembre, pone de manifiesto la inconcebible presunción de una parte del credo popular, de que puede inmiscuirse en nuestras vidas y actuar como elemento moralizante sobre el resto de la ciudadanía.
Es una clara muestra de cómo la separación de iglesia y estado, denunciada ya en 1789 por los padres de la cultura occidental y el estado moderno, todavía sigue suscitando polémica en la sociedad española del siglo XXI.
Las cuestiones a plantear se pueden reducir a dos:
-¿Cómo la iglesia católica (porque ninguna otra iglesia) se siente con el derecho de organizar y controlar la sociedad y el estado español?
-¿Por qué se subvenciona con dinero público el credo católico?

Sin contar beneficios fiscales y legislativos únicos en toda Europa, todos los españoles, independientemente de nuestras convicciones religiosas, el pasado año 2007 hemos abonado cada uno 3,5 euros a las arcas de la iglesia católica.

Quizás la respuesta a la primera pregunta, emane de la segunda.

Es un hecho indiscutible, que la iglesia católica se ha negado a la propagación del conocimiento, la cultura, el progreso y el desarrollo de la sociedad. Pero lejos de pedir perdón por sus desmanes, sigue pretendiendo mantener una posición de fuerza, que le ha permitido, sobre todo en nuestro país (el más benévolo de Europa con la iglesia católica), mantener una posición privilegiada independientemente del gobierno en el poder.
Estoy convencido de no ser el único que mira con angustia las movilizaciones multitudinarias de los sectores más retrógrados de nuestra sociedad, por ello desde mi humilde posición y perspectiva, les invito a impedir que su voz sea la única que obtenga la difusión requerida.

Fdo: José Dolores.