Hoy 14 de abril de 2009 en homenaje al glorioso día, el pueblo español proclama:
Queremos una República, pero no una cualquiera.
Nadie quiere una réplica del sistema burgués opresivo que tan buen resultado ofrece a las clases pudientes de las grandes potencias capitalistas, olvidémonos del himno ( de riego) y la bandera (tricolor) los símbolos deben venir después.
Primero debemos sentar las bases, aunar las fuerzas de la izquierda para ofrecer la única salida posible a la crisis, que beneficia al trabajador: una III República revolucionaria que a imagen de la anterior, rompa las ataduras que mantienen oprimido al pueblo.
La constitución de 1978 no debe ser reformada, sino abolida.
Un nuevo pacto social debe ser redactado, pero esta vez tiene que ser el pueblo sin miedo el que lo redacte y lo firme.
Franco ha muerto y su heredero Juan Carlos debe hacer las maletas al igual que su abuelo porque el pueblo de España, se ha cansado de ser manipulado y explotado.
La monarquía, símbolo de la opresión de los trabajadores será el primer pilar del edificio podrido, que el conservadurismo, la iglesia y el capitalismo encarnan, que caerá bajo los pies y los puños del pueblo echado a la calle defendiendo su dignidad.
Queremos una República, pero no una cualquiera.
Nadie quiere una réplica del sistema burgués opresivo que tan buen resultado ofrece a las clases pudientes de las grandes potencias capitalistas, olvidémonos del himno ( de riego) y la bandera (tricolor) los símbolos deben venir después.
Primero debemos sentar las bases, aunar las fuerzas de la izquierda para ofrecer la única salida posible a la crisis, que beneficia al trabajador: una III República revolucionaria que a imagen de la anterior, rompa las ataduras que mantienen oprimido al pueblo.
La constitución de 1978 no debe ser reformada, sino abolida.
Un nuevo pacto social debe ser redactado, pero esta vez tiene que ser el pueblo sin miedo el que lo redacte y lo firme.
Franco ha muerto y su heredero Juan Carlos debe hacer las maletas al igual que su abuelo porque el pueblo de España, se ha cansado de ser manipulado y explotado.
La monarquía, símbolo de la opresión de los trabajadores será el primer pilar del edificio podrido, que el conservadurismo, la iglesia y el capitalismo encarnan, que caerá bajo los pies y los puños del pueblo echado a la calle defendiendo su dignidad.
